Conocida como Hacienda Vargem Grande, fue construida en 1837 junto al parque nacional de Bocaina para el cultivo y explotación del café. En 1973, Clemente Fagundes Gomes emprendió el proyecto de reconvertir en jardines los antiguos secaderos de café. Lejos del conformismo, apostó por una intervención paisajística al más alto nivel contratando a Roberto Burle Marx. Las obras empezarían en 1979, finalizando 10 años más tarde.


Las geometrías puras que aquí encontramos caracterizan la última etapa de su carrera, y Vargem Grande es sin duda una de las obras más representativas de ese periodo. Combinando ángulos rectos con semicírculos, ofrece un diseño ortogonal en curioso contraste con la libertad de la selva en la que se adentra. En un extremo del jardín, aloes y bromelias colonizan unos sinuosos montículos escalonados de piedra. Sus contornos curvilíneos son los únicos que escapan al ángulo recto, añadiendo al conjunto un cierto toque escultórico.



El desnivel del terreno permitió la formación de 3 plataformas. Caminos de piedra y de tierra compactada recorren este jardín, compuesto por un collage ortogonal de texturas, similar a piezas de tetris encajando unas con otras.
Fiel a su estilo, Burle Marx persiguió la belleza y exuberancia mezclando especies autóctonas con otras no nativas. Arecáceas, ágaves, aloes, bromelias, e incluso grandes nenúfares en amplios estanques conviven en exótica armonía. El agua no podía faltar, pero en un jardín como éste, su papel compositivo cobra especial relevancia al convertirse en el nexo de unión entre las plataformas con un total de 19 cascadas.

El gran estanque del nivel superior cae en uno de sus lados en forma de una única cascada, mientras que del otro, su perímetro se disgrega en múltiples saltos escalonados. Disfrutar de las vistas en ese banco de madera, con los nenúfares a tus pies y el sonido de las cascadas tras de ti debe ser terapéutico! El agua prosigue su descenso hasta el nivel inferior, donde una gran playa de madera acota el final de su recorrido en forma de dos piscinas naturales.

Tras la muerte de Burle Marx, toda esta belleza se preservó intacta gracias al mantenimiento de sus colaboradores, un compromiso que a día de hoy mantiene el dueño de la casa rural.

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Referencias
Álbumes de fotos de la Hacienda Vargem Grande
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