Una arquitectura sostenible se fundamenta tanto en la correcta elección del sistema como del proceso constructivo. El material adquiere un valor más allá de sus cualidades estéticas, repercutiendo en parámetros tan variables como su comportamiento higrotérmico, estructural, envejecimiento, mantenimiento, e incluso su huella ecológica y su posible reciclaje.
De la tradición a las soluciones más innovadoras, se analizará la idoneidad de los sistemas constructivos existentes para cada situación, las características y ciclo de vida de los materiales y el alcance global de su uso en nuestro entorno.