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Wright pronto entendió que o bien cortaba lazos con los patrones establecidos o era a él al que le cortarían las alas. Aunque suene mal, esa sería seguramente la razón por la que abandonó a su primera mujer, hijos incluidos, para poder vivir libremente lo que para la mayoría era un escándalo tras otro.
La simplicidad orgánica le tendría que conducir a una vida de reposo en contacto con la naturaleza, para lo que necesitaba ser libre como individuo en una sociedad igualmente orgánica. A esto lo llamaba verdadera democracia y luchar por la vida del presente liberándose del yugo del tiempo:
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