A pesar de que la influencia de la cultura japonesa resulta innegable en la arquitectura moderna, muchos términos del país nipón siguen siendo muy abstractos aún para el mayor admirador occidental. Los espacios de transición y la fusión entre interior y exterior conforman un lenguaje ya habitual para nosotros, aunque sin parangón con el “Ma”, que podríamos traducir como “entre”, presente de forma muy sutil en la arquitectura japonesa.
Este término y muchos otros matices que nos diferencian de la tradición japonesa, como son el culto a lo imperfecto y perecedero, o el equilibrio shintoista derivado de la humanización de la naturaleza y naturalización del hombre, frente a la confrontación entre tecnología y naturaleza en occidente, están muy bien analizados en este artículo de Pablo Twose y María Pancorbo que podréis encontrar en el siguiente enlace..
En la ciudad de Kawasaki, próxima a Tokio, el parque Nihon Minka-en ofrece una interesante escapada cultural al aire libre. Entre colinas arboladas, un poblado reúne 25 construcciones del periodo Edo (s.XVII-XIX), nueve de las cuales declaradas Bienes Culturales Nacionales. Provenientes de 15 prefecturas distintas de todo Japón, cada una nos muestra un aspecto de la arquitectura tradicional Edo, pudiendo encontrar casas de campo, de samurais, comerciantes, casas de aldeas de pescadores, una capilla, un granero, un molino, un escenario kabuki…
Por su relevante influencia en la arquitectura moderna, la arquitectura tradicional japonesa merece ser hojeada. Aprovecho para compartir el siguiente artículo publicado en la página web de la Universidad de Palermo de Diseño y Comunicación, completándolo con fotos ilustrativas de algunos de los diversos estilos japoneses, desde el Minka hasta el Sukiya.