Del Templo de Luum a Selvazamá, ¿arquitectura consciente o especulación?


El Caribe… a todos nos evoca esas deseadas vacaciones, arena blanca deslizándose entre los dedos de los pies, aguas cristalinas de un amplio mar turquesa, y una frondosa selva tropical de fondo. Quién no desearía escapar aunque sea por un par de semanas, lo suficiente como para cargar las pilas y volver a la rutina con el recuerdo latente de esos amaneceres y la firme promesa de volver al año siguiente.

Aún sin conocerlo, somos conscientes que el Caribe nos llama, pero, ¿lo somos de la huella permanente que supondría nuestra breve estancia en el paraíso? El turista se va, mientras que los modernos resorts y sus infraestructuras permanecen e incluso proliferan dispuestos a explotar este filón turístico. Sin duda nos enfrentamos a una paradoja: el riesgo de dañar o incluso perder la riqueza única de estos ecosistemas naturales, que sucumbirían por su propio éxito a golpe de colonias de mini cabañas de palma artificial. Afortunadamente empieza a despertar en nuestra conciencia el valor no solo del precio y de la calidad de un producto, sino también de a qué precio se consigue.        

El Templo de Luum se muestra como escaparate de un nuevo estilo de vida y de una gestión del turismo desde la perspectiva de sostenibilidad. Su construcción en 2019 forma parte del complejo residencial Luum Zama diseñado por Co-Lab Design Office, en pleno corazón de la selva de Tulum en México. Con un propósito de conservación del entorno, este proyecto se abandera como antítesis del modelo tradicional de desarrollo urbanístico de la zona.

El complejo residencial se extiende en un área de 8 hectáreas junto a la ciudad de Tulum. Incluye 31 lotes residenciales y zonas comunitarias orientadas a la salud holística de sus residentes, con espacios para la práctica del yoga y la meditación. El proyecto de Co-Lab contempla además un plan de conservación de al menos el 50% de su área para la vegetación nativa, junto a un programa de reforestación con plantas endémicas de la región. La intención es ocupar la selva sin destruirla, convivir con ella. 

El Templo de Luum destaca como símbolo del complejo, dando forma con sus materiales y técnicas de construcción al espíritu que inspiró esta nueva filosofía de vida. En medio de la selva, el templo solo es accesible a pie o en bicicleta. Recorriendo sus senderos, la naturaleza te envuelve poco apoco en su paz. El destino, un armonioso diseño estructural de arcos catenarios de bambú proveniente de cultivos sostenibles de Chiapas. Un bello espacio que invita a la meditación bajo una cubierta que aúna la tecnología moderna de diseño con la artesanía local.  

¡No te pierdas el tesoro Maya! Documental incluido…

La visita a esta ciudad te aportará otra grata sorpresa: la oportunidad de recorrer las cercanas ruinas de uno de los últimos bastiones de la cultura Maya. Se trata de la ciudad amurallada de Tulum, originalmente conocida como Zamá, una de las ciudades costeras Maya mejor conservadas cuyas vistas al borde de un acantilado no te dejarán indiferente.       

Estas modernas comunidades de la ciudad de Tulum parecen seguir la estela del respeto a la naturaleza heredada de la cultura Maya. Reconocido a nivel mundial como uno de los mejores destinos turísticos, Tulum fue nombrado en 2008 municipio del estado de Quintana Roo, lo que aseguró un estímulo para la inversión inmobiliaria. El complejo residencial Luum Zama no es más que un pequeño fragmento del tejido urbano que se extiende a las afueras de Tulum, con la marca diferencial de una vida sostenible y ecológica.   

Tirando del hilo, no todo es lo que parece… quizá debamos redefinir el concepto de «lujo»

Si os soy sincero, el interés de origen que impulsó este artículo fue el templo de Luum, pero siempre que se tira del hilo acaba surgiendo más información, a veces sorprendente y estimulante, y otras decepcionante, pero siempre interesante al ampliar tu visión de la realidad.  

Bajo la superficie de este bello ideario, te percatas que su promoción en la web va de la mano de una garantía para la inversión inmobiliaria al tratarse de una comunidad exclusiva para una vida holística de lujo. En contraste con el casco antiguo de Tulum, estas zonas residenciales reflejan ciertamente un elevado poder adquisitivo. Sin ánimo de criticar este tipo de inversiones, tan solo quiero recordar que una visión ecológica y sostenible de la arquitectura en comunión con el entorno natural tiene la capacidad de aportar el “lujo” de una vida plena y abundante a todas las clases sociales, o así debería ser. Este es un tema que abarca el ámbito social del que la arquitectura no debe escapar. Quizá para ello sería necesario redefinir el concepto de “lujo”.

Igual de interesante resulta comparar el master plan inicial de Luum Zama con sucesivas fotos aéreas, en las que unas construcciones de hormigón, de ocupación aparentemente superior a la considerada de origen, van ganando terreno a una vegetación menguante. Supongo que solo queda cruzar los dedos para que el compromiso de un 50% del terreno destinado a la selva natural no se convierta en la sombra de una promesa incumplida. 

Luum Zama – Plano original y vistas aéreas
Luum Zama – Edificios en construcción
Aldea Zama – Plano urbanización

Junto a Luum Zama se extienden otras urbanizaciones como la Aldea Premium y la Aldea Zama, ésta última de considerable extensión. Por ahora, a vista de pájaro se perfilan con amplias calles que fragmentan la selva en parcelas de naturaleza, a la espera de ser ocupadas por promociones residenciales, comerciales o turísticas. Un ejemplo sería el proyecto en fase de diseño del hotel y resort Cocoon, del estudio DNA Barcelona Architects.

Aldea Zama – Vista Aérea
Hotel y resort Cocoon
Selvazamá – Zona de intervención

Pero la visión de desarrollo urbanístico va más allá, con la previsión de alcanzar la costa a 2,6km de distancia. Con el nombre de Selvazama, este ambicioso proyecto se ideará, citando palabras textuales, “bajo un concepto sustentable comprometido a inspirar el crecimiento personal mediante la conexión humana y apoyando el desarrollo económico responsable». Esta extensión de terreno se dividirá en tres zonas. La más cercana al mar será la Zona Beach, con una ruta de senderos conectando los distintos edificios residenciales, hoteles y comercios hasta las playas de Tulum.

Selvazamá – Render vista aérea

En el extremo opuesto, al norte, la Zona Coba es un área verde protegida que ejercerá de límite con las aldeas existentes. La zona central será la Zona Forest, el corazón del complejo donde un extenso jardín botánico albergará diversos espacios destinados a la cultura, el arte y el espectáculo, sin olvidarse de la joya de la corona: la nueva sede del Green School en Tulum.

Del Green School y sus bellas estructuras de bambú hablé en artículos previos. Esta institución educativa fundada en Bali en 2007 cuenta ya con otras sedes en Nueva Zelanda y Sudáfrica, además de inspirar al vecino Green Village. Tulum promete ser una de sus mejores sedes con un proyecto de lo más ambicioso. El tiempo dirá si este germen de desarrollo ecologista tomará la senda espiritual de la sostenibilidad tal y como afirman, o la de la especulación del lujo y la exclusividad. ¿Vosotros qué opináis?                   

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Datos de interés

Arquitectos: CO-LAB Design Office

Año: 2019

Ubicación: Luum Zama, Tulum, estado de Quintana Roo, México

Superficie: 250 m²

Construcción: arcos catenarios de bambú, cerramiento de cubierta con nervaduras de bambú y revestimiento exterior de zacate.

Fotografías: César Béjar, Pakal Egger y Tonatiuh Egger

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