Este centro de aprendizaje budista en la India fue construido en 2016 en una zona arbolada, inspirando su nombre en el famoso monasterio de Jetavana, que significa “bosque de Jeta”.

Este centro de aprendizaje budista en la India fue construido en 2016 en una zona arbolada, inspirando su nombre en el famoso monasterio de Jetavana, que significa “bosque de Jeta”.
Esta casa, también conocida como la casa Hagan, fue encargada en 1953 por unos amigos de los Kaufmann al quedarse impresionados tras visitar su casa, la famosa Fallingwater. Tan sólo visitó el terreno para tratar los detalles con el constructor justo antes del comienzo de las obras. Queda claro que este tipo de residencias, del estilo Usonia, ya no guardaba secretos para él.
En la localidad italiana de Bardolino, frente al lago de Garda, se encuentra una de las obras más bellas de Carlo Scarpa. Prácticamente enterrada entre viñedos, su diálogo con la tierra es intenso, simulando una gruta a la que se accede por una profunda grieta en el terreno. Aun así, el elemento que da vida a esta villa es la gran constante en la obra de este arquitecto veneciano: el Agua.
Seguir leyendo Ottolenghi, la villa que late con el agua.(Ir a la primera parte del artículo)
Wright pronto entendió que o bien cortaba lazos con los patrones establecidos o era a él al que le cortarían las alas. Aunque suene mal, esa sería seguramente la razón por la que abandonó a su primera mujer, hijos incluidos, para poder vivir libremente lo que para la mayoría era un escándalo tras otro.
La simplicidad orgánica le tendría que conducir a una vida de reposo en contacto con la naturaleza, para lo que necesitaba ser libre como individuo en una sociedad igualmente orgánica. A esto lo llamaba verdadera democracia y luchar por la vida del presente liberándose del yugo del tiempo:
Seguir leyendo La gran conclusión de la arquitectura orgánica: la espiritualidad (2º parte)Para no liarnos, he decidido dividir las bases de la arquitectura orgánica de Wright en 5 bloques, empezando si me lo permitís por el último. Bases teóricas abundan, pero que marquen como objetivo el estímulo del crecimiento espiritual del ser humano me parece un toque muy distintivo. Definida la intención, no importa tanto valorar su arquitectura desde el “me gusta” o “me llama la atención”… la finalidad se convierte en el motor sin el cual perdería toda su esencia, razón por la que he decidido empezar por el final. De hecho, tendré que dividirlo en dos partes, ya que de lo contrario acabaré extendiéndome demasiado…
Seguir leyendo La gran conclusión de la arquitectura orgánica: la espiritualidad (1º parte)Resulta curioso recordar lo que puede llegar a provocar la competitividad en tiempos dorados. El pique que despertó la construcción del Gold Dome en 1958 con su emblemático diseño de “banco del futuro” tendría su respuesta 5 años más tarde con el encargo de otro banquero a Robert Roloff: “construye mi banco tan moderno que tu diseño del Gold Dome parezca construido en 1919”, a lo que además añadiría, “más que un banco, quiero que parezca un salón de cóctel”.
Seguir leyendo La cruda realidad del destrozo del banco del futuro.El ideario que Wright pretendía transmitirnos no trata sobre un estilo arquitectónico, sino una teoría muy completa que abarca muchos aspectos de la vida del hombre.
Cuando tantos conceptos entran en juego, dependiendo los unos de los otros, muchos de los cuales con tintes de religión o política más que de arquitectura; lograr definir su visión sobre la arquitectura orgánica se convierte en tarea francamente difícil.
Seguir leyendo ¿Qué es la arquitectura orgánica de Wright?Encontrar información acerca de estos dos proyectos de Shoei Yoh resulta complicado, así que intentaré hacer un resumen coherente con lo poco que tengo.
Ambos edificios se construyeron con un año de diferencia (1994 y 1995) en la prefectura japonesa de Fukuaka para albergar espacios de reunión para personas mayores, además de guarderías. Al tratarse de construcciones humildes de uso local, el ahorro de medios resultaba vital por lo que se optó por unas estructuras laminares que optimizaran el uso del hormigón y del acero al menor volumen necesario de material. De hecho, en ambas construcciones fueron decisivos el apoyo y participación de la comunidad, además del uso de materiales locales como el bambú.
Seguir leyendo Así se construyeron… los centros comunitarios de Naiju y Uchino.El club de golf King Kamehameha en Hawaii, antes conocido como Waikapu Valley Country Club, se construyó en 1993 inspirado una obra nunca realizada de Wright. Bajo la supervisión de la Escuela Taliesin, el nuevo diseño preserva la esencia del maestro, aunque personalmente creo que se han permitido ciertas licencias poco ortodoxas que demuestran que a golpe de talonario a veces todo vale. Pero primero veamos cómo empezó todo.
Seguir leyendo Waikapu, de casa de ensueño a club de golfEl bambú, como material de construcción, bien podría competir a nivel estructural con el acero, el hormigón o la madera, pero al tener un origen orgánico con más de 1000 especies repartidas por todo el mundo, resulta casi imposible definir con exactitud sus propiedades mecánicas. Variedad de bambú, clima, suelo… todas son variables que afectarán a sus características.
Si queremos que el bambú cumpla un papel estructural, debemos primeramente tener en cuenta que su mayor resistencia se alcanza a partir de los 3 años de crecimiento, una característica que luego no varía con su edad pero sí en función del proceso de obtención y curado.
Seguir leyendo Las propiedades mecánicas del bambúLa pareja de diseñadores y ecologistas John y Cynthia Hardy junto a su hija Elora llevan años desempeñando una labor de concienciación por una construcción sostenible. El bambú se ha convertido en la firma de su empresa de diseño IBUKU. Este material, con gran arraigo en la cultura balinesa y unas características técnicas, ecológicas y estéticas casi inmejorables, es sin duda el ideal para experimentar con visión de futuro en sus dos proyectos insignia en Bali: el Green School y el Green Village.
Seguir leyendo Así se construyó… el Green School y Green VillageAquí tenéis un documental de dos horas sobre la vida del arquitecto Frank Lloyd Wright en dos capítulos. En el repaso de su obra personalmente me falta mucho y de lo mejor en el segundo capítulo, como las viviendas Usonia, o su experiencia en el desierto con el campamento de Ocatillo y Taliesin West. El análisis de su vida, repleta de escándalos, resulta en cambio más completo y ayuda bastante a entender al arquitecto y personaje.
Seguir leyendo Documental: Wright, el arte de construir.Os rescato un excelente artículo de Hugh Pearman que repasa la controvertida vida y obra de Wright.
Fue publicado en julio de 2005 en un Magazine de ElMundo, por lo que alguna información como el estado ruinoso de la casa Ennis es ya agua pasada. Coincido con su exposición, pero quiero resaltar ciertos matices.
Analizar sus fracasos con un punto de vista actual es un tanto injusto. Tanto su vida como su obra han hecho correr ríos de tinta, pero como con muchos otros, las historias que los demonizan o divinizan resultan exageradas y distorsionan la realidad. Cada obra debe contextualizarse a su época.
Seguir leyendo Wright, el arquitecto de los derrumbes.Mucho se ha escrito sobre el romántico regalo de cumpleaños de Bratt Pitt, una isla en forma de corazón con una de las mejores obras de su arquitecto favorito, Frank Lloyd Wright. Este tipo de noticias corren como la pólvora, y más en internet, por lo que he decidido adelantar este artículo.
Poco o nada hablaré sobre los caprichos de la naturaleza por las islas en forma de corazón, pero sí debo puntualizar que esta casa no es realmente una obra de Wright; o sí lo es? Vosotros decidiréis…
Seguir leyendo Petra, obra póstuma o mera imitación de Wright?La sinuosa estructura de madera, a día de hoy más grande del mundo, ha dejado su impronta en el corazón de Sevilla y en sus habitantes. La contundencia de la propuesta del arquitecto alemán Jürgen Mayer ha dividido la opinión de los sevillanos, cuyas críticas, además de estéticas, se han visto incitadas por controversias políticas, sucesivos atrasos y aumentos presupuestarios hasta su inauguración en marzo de 2011. Como hito moderno en el casco antiguo de Sevilla, su análisis resulta complejo y plantea varias preguntas. ¿Resuelve esta intervención la necesaria reestructuración y revitalización de la Plaza de la Encarnación? ¿Cumple con su función bioclimática? ¿Resulta adecuada una estructura de esta magnitud?… Todo a su tiempo, pero empecemos a vista de pájaro, que nunca miente.
Seguir leyendo Espacio Metropol Parasol, una huella en el corazón de Sevilla.En este moderno poblado ecológico de viviendas unifamiliares, el estudio japonés ALTS Design Office finalizó en 2012 la vivienda Kofunaki, de 132 m2. Su volumen, perfilado por una naïf silueta de vivienda, esconde un fluido espacio en dos plantas en el que materiales y luz escenifican una arraigada tradición japonesa de comunión entre hombre y naturaleza.
Seguir leyendo Tradición y modernidad japonesa en Kofunaki.En 1904, una progresista señora Westcott confiaría la construcción de su vivienda familiar a un no muy conocido, pero ya controvertido Wright.
Finalizada en 1908, la casa Westcott es la primera de las doce obras de Wright en el estado de Ohio, y la única del estilo “Prairie House”. En su momento fue considerada una de las mejores obras de Wright de ese periodo, influyendo en posteriores obras como la casa Robie. Además de ser una de las primeras viviendas de Springfield en instalar electricidad, su ubicación en el 1340 del East High Street reforzaría si cabe su modernidad en claro contraste con un vecindario de mansiones Victorianas y Queen Anne.
El destino en cambio quiso que pasara de figurar en el portfolio Wasmuth, la primera y mayor publicación de la obra de Wright, de gran influencia en Europa, a caer en el olvido tras casi 60 años de cambios de dueños y sucesivas reformas.
El incendio del estudio Taliesin en el que se perdieron la mayoría de los planos de ésta y muchas otras obras no hizo más que sellar su destino. Su progresiva transformación y la falta de documentación que recordara su estado original la hicieron desaparecer de los libros y memoria de la mayoría de críticos.
Este proyecto responde al conocido desarrollo programático horizontal del estilo “pradera”, uniendo el volumen de la vivienda de 6 dormitorios al de las cocheras con un paseo pergolado. Dos espacios abiertos quedan así definidos, uno ajardinado a norte y otro a sur con terraza y estanque. La familia Westcott residiría 15 años en esta vivienda sin realizar prácticamente ninguna alteración, a excepción de la sustitución del estanque por un huerto.
Tras la muerte de Orpha Westcott en 1923 y de Burton Westcott tres años después, la casa pasó a manos de Roscoe Pierce de 1926 hasta 1941. En ese periodo, las terrazas a ambos lados de los dormitorios de la planta superior fueron condenadas, además de añadirse un volumen anexo en la parte trasera.
Las intervenciones más desafortunadas se produjeron con Eva Linton, la siguiente propietaria, que dividiría la casa en la década de los 40 en cinco apartamentos para alquiler. La diafanidad de la planta baja desapareció tras los tabiques divisorios, abriéndose otros huecos de paso en los muros existentes. Como consecuencia, casi la totalidad de los muebles originales de Wright, muchos de ellos encastrados en las paredes, desaparecieron junto con todo su interés como obra arquitectónica de referencia.
Los revestimientos interiores sufrieron muchas modificaciones. Debido a los muy diversos usos que experimentó este edificio, algunas estancias se pintaron sucesivamente cada seis meses, incluso directamente sobre el alicatado en uno de los baños; otros muros fueron empanelados, mientras que una minoría solo fueron alterados un par de veces respecto a su estado original.
Muchas otras intervenciones alteraron el sentido de unidad de esta vivienda, como es el caso de sus características cubiertas de tejas cerámicas rojas, reemplazadas por tela asfáltica. La galería representa otro elemento de diálogo entre vivienda y cocheras, manteniendo una relación directa con el jardín hacia un lado, y con el parque hacia el otro a través de una celosía de madera. La falta de sensibilidad por este elemento compositivo de espíritu japonés lo haría desaparecer de un plumazo para albergar un trastero. La calidad del espacio abierto sería sacrificado por una simple necesidad de almacenaje, perdiéndose las luminarias de colores, las celosías y los motivos decorativos del suelo bajo una capa de hormigón. El conjunto original de puertas del garaje también fue sustituido por una puerta de menores dimensiones.
Dorothy Snyder heredó la propiedad en 1981, pasando a ser administrada por su hijo Ken en 1984, quien finalmente la compraría en 1988 junto a su esposa Sherri Snyder. Al encontrarse la casa principal ocupada por inquilinos, la pareja Snyder residía en lo que originalmente eran las cocheras.
Desafiando el olvido colectivo de la casa Westcott, la pareja estaba decidida en restaurar esta vivienda, una ardua tarea que acabaría recayendo únicamente en Sherri tras la muerte repentina de su marido en 1991. A pesar de toda la inversión realizada, el avanzado deterioro del edificio solo la permitía intervenir para impedir su ruina, agotando casi todos sus ahorros.
En el año 2001, tras un largo proceso de negociaciones, Sherri Snyder accedería a vender la vivienda a la Frank Lloyd Wright Conservancy, una organización de Chicago para la preservación de las obras de Wright. Posteriormente se crearía otra fundación orientada a su restauración y posterior utilización como museo y organización de eventos.
Dada la escasez de información, tanto escrita como gráfica, se requirió una extensa investigación previa con el fin de reunir datos tales como detalles, el color del estuco de las paredes, o el mobiliario original.
El proceso de restauración se prolongó durante 5 años, abarcando muchas y diferentes fases: estabilización de la estructura, demoliciones parciales de elementos añadidos, restauración de acabados interiores y exteriores, reproducción de los elementos de carpintería, mobiliario e iluminación, jardinería, además del añadido de mejoras como una instalación de calefacción y refrigeración geotérmica, ventilación y protección contra incendios.
Diversos fueron los factores que llevaron la estructura de madera al borde del colapso, por lo que la primera fase se centró principalmente en recuperar la integridad estructural del edificio.
Un estudio del proyecto reveló que a pesar de que la estructura se realizara acorde a las prácticas constructivas de esa época, el diseño ejecutado se corresponde a una segunda versión de Wright, en la que no se realizarían cambios estructurales respecto a la versión anterior. Otro factor a tener en cuenta desde el punto de vista del diseño, es el de los aleros extremos tan característicos de la cubierta, que funcionaban como alas sometidas a la acción del viento. Como resultado de tantos esfuerzos prolongados en el tiempo, la estructura de la cubierta acabó flectando perdiendo la horizontalidad en sus extremos.
Por otro lado, su nuevo uso como museo y lugar de celebración de eventos supondría una mayor concentración de carga que el de una vivienda, por lo que la estructura original debía ser reforzada sin afectar a la distribución interior, una tarea que prometía ser difícil teniendo en cuenta su erróneo dimensionado de origen.
La aparición de termitas en gran parte de las vigas de madera agravó aún más la situación. En ese estado, si su restauración se hubiera retrasado un año más, la demolición de esta casa quizás no habría podido evitarse.
Las primeras demoliciones parciales se llevaron a cabo derribando los añadidos de la parte trasera de la vivienda, el almacén que sustituyó la galería y las ampliaciones que ocupaban los dos voladizos laterales de planta primera.
Los elementos de madera de todas las cubiertas se encontraban igualmente deteriorados por el mal estado de la cubierta asfáltica. Tras la sustitución de todo el entramado de madera, las cubiertas de la vivienda y las cocheras recuperarían al fin su aspecto original de tejas rojas cerámicas.
Los muros de fachada no se encontraban en mejor estado. Las patologías que presentaban reflejan claramente las consecuencias de los métodos constructivos de esa época que no incluían el uso de armados ni mallazos de acero de refuerzo en los muros, limitándose al simple vertido del hormigón. A esto habría que sumar el efecto de la vegetación y un mantenimiento escaso o nulo. Los muros más afectados fueron los de la fachada sur y el situado al este, en la galería hacia las cocheras.
En la fachada sur, la cimentación asentaría ante la carga transmitida por el muro, causando graves daños a las carpinterías de la planta baja y primera. Muchas otras grietas en el interior de la vivienda reflejaban esa misma circunstancia. El refuerzo de la cimentación era inevitable, no solo por su estado, sino sobre todo por el aumento de la carga estimada como museo. Muros de bloques de hormigón se ejecutaron de tal modo que aumentaran la superficie de apoyo de la cimentación existente, además de albergar las canalizaciones de las nuevas instalaciones térmicas y contra incendio.
En las siguientes fotos podemos apreciar los refuerzos de bloques de hormigón junto al refuerzo de la estructura de madera con nuevas vigas y pilares metálicos.
El asiento de los muros de fachada genera unas deformaciones en los paños verticales que inevitablemente dañan las carpinterías. A pesar de los refuerzos realizados en la fachada Sur, el pandeo sufrido por la cercha de madera longitudinal a la misma requería de un apuntalamiento provisional y preventivo. Su localización sobre la galería de ventanas dañó consecuentemente todas las carpinterías. Los análisis revelaron en ese momento que esa cercha habría sufrido un proceso prolongado de deterioro por pandeo debido a un error de dimensionado y a la acción del viento, por lo que tras el apuntalado de la cubierta se procedió a sustituir la estructura de madera dañada.
En la medida de lo posible, las reparaciones de las carpinterías de madera de este tipo de edificios se realizan sustituyendo exclusivamente las partes dañadas por piezas de madera de textura y resistencia similares a la original. Una vez aplicado un tratamiento adecuado, la intervención resulta inapreciable. Este es el caso de la puerta en la foto, que mantiene la madera original a excepción de su parte superior e inferior.
La extensión y diversidad de ventanas y vidrios que recorrían interiores y exteriores requirió de la colaboración de dos empresas: Whitney Stained Glass Studio (Cleveland) y Studio Arts & Glass. Studio Arts & Glass supervisó la restauración de cuatro lucernarios y tres de las galerías acristaladas, además de la restauración de las dos luminarias exteriores que lograron recuperarse, y la reproducción de 12 unidades más. Las restauradas pasaron a ser expuestas en el museo, mientras que las reproducciones iluminan la renovada galería. Las medidas de las particiones de zinc ya no se encuentran en el mercado, por lo que tuvieron que realizarse en taller, y en cuanto a los vidrios de color, se contactó con la empresa Wissmach Glass Co., al este de Virginia, que aún los realiza. Las medidas de los vidrios debían ser exactas debido a la reducida tolerancia de dilatación del zinc, que es posteriormente envejecido para asemejarse al original. En la foto podemos comparar la luminaria original a la izquierda con la nueva a la derecha.
La recuperación de los acabados se complicó por las sucesivas reformas sufridas durante años, por lo que fueron necesarias numerosas tomas y pruebas para determinar la pigmentación original de los mismos. En la siguiente foto podemos ver el estado en el que se encontraba el hall de acceso.
Otro ejemplo lo tenemos con el solado de los baños, de los que únicamente quedaban las dos piezas hexagonales en la parte inferior de la foto. Hasta encontrar un acabado semejante, se llegó incluso a barajar la posibilidad de colocar como alternativa unas piezas de menor tamaño.
La demolición de los tabiques divisorios en el año 2002 permite vislumbrar la fluidez perdida del espacio interior, en la que salón, sala comedor y librería son articulados por el muro-chimenea de ladrillo. En las fotos de 1908 podemos apreciar cómo los muros que flanquean la chimenea se interrumpen antes de llegar al techo, potenciando la continuidad visual del techo de las tres estancias. Estos separadores albergaban a un lado unos bancos corridos y al otro unos estantes con puertas acristaladas.
La reproducción del mobiliario y de las luminarias interiores fue posible gracias a las fotografías de archivo. En el caso del mueble encastrado en la pared del comedor, desaparecido en la década de los años 30, la fotografía tomada poco antes de terminarse la vivienda fue de gran ayuda. De ese mismo modo se realizó la mesa comedor con lámparas en las esquinas, un diseño muy similar al que se realizará más adelante en la casa Robie.
Después de 5 años de costoso trabajo y un presupuesto que superó los 5 millones de dólares, la casa Westcott pudo reabrir sus puertas como museo en octubre de 2005. Esta obra ha sido, más que una restauración, el rescate de un olvido injusto de una obra con un fuerte papel en la carrera de Wright hacia la modernidad.
Fase de restauración. Vídeos sobre la restauración.
Casa Westcott restaurada.
Esa nueva arquitectura, única, extraña para el mundo occidental, que basaba la génesis de cada proyecto en las necesidades de su propio entorno, negando así cualquier estilo preestablecido, tenía en realidad su origen en otro estilo con siglos de tradición: el Oriental.
La influencia de la cultura oriental en Wright tiene principalmente dos vertientes, la primera en cuanto a la relación del edificio con su entorno, y la segunda en el valor de su espacio interior.
La infancia rural de Wright potenciará seguramente ese sentido de comunión entre arquitectura y naturaleza. Resulta en cualquier caso llamativa la similitud geométrica con la arquitectura japonesa teniendo en cuenta las diferencias paisajísticas. La horizontalidad acentuada por la suave pendiente del tejado y sus largos aleros, las pequeñas proporciones y la simpleza de materiales parecen comulgar tanto con la geografía montañosa japonesa como con las extensas praderas de Wisconsin.
En cuanto al espacio interior, los proyectos de Wright abandonarán la tradicional y opresiva compartimentación espacial para acercarse cada vez más a los ideales orientales.
La arquitectura tradicional japonesa, de la que destacan tres estilos, Shinden, Shoin y Sukiya, se caracteriza principalmente por su fluidez interior y el uso de la luz y la penumbra como herramienta de jerarquización y transición espacial. Esta influencia se aprecia casi mimética en la casa Chase de Rudolf Schindler, uno de los aprendices de Wright. En cambio, la evolución del maestro será más paulatina y personal.
La conexión de Wright con Oriente es clara, pero cómo llegó a producirse?
Su conocimiento de la cultura oriental remonta a su época de colaborador en Chicago, primero en el estudio de Silsbee, con tan solo 20 años, y sucesivamente en el de Sullivan, ambos admiradores del arte oriental. Este temprano contacto con oriente se consolidó con la feria mundial de Chicago de 1893.
De las cerca de 290 hectáreas y 200 construcciones diseñadas en gran parte bajo las directrices de Daniel Bumham y el prototipo de la arquitectura clásica europea, se encontraba perdido el Pabellón del Japón en Wooded Island, una pequeña isla boscosa en medio de un lago. Ese paraje, convertido desde 1935 en el Osaka Garden, se ideó como un lugar de descanso en pleno corazón de la feria. Quizás su ubicación aislada y su uso secundario fueran la razón por la que este pabellón se salvara del tsunami clasicista que arrasó Chicago.
Paradójicamente, esta construcción, del arquitecto japonés Kakuzo Okakura (1862-1913), no deja de ser una reinterpretación del famoso Pabellón del Fénix (en Uji, cerca de Kioto) bajo la influencia de la corriente clasicista que empezaba a invadir el país nipón. Reinterpretación clasicista o no, este estilo desconocido para Occidente representaba toda una novedad y seguramente una vía de escape para Wright.
Cuando hablamos de la influencia oriental en Wright, conviene no olvidarse de China, que no deja de ser la cuna del la cultura japonesa. Sus contactos y viajes a Japón le facilitaron el acceso a muchas obras de arte y literatura oriental, como es el caso de uno de los libros de Kakuzo Okakura, “El libro del té”. En él pudo leer una frase de Lao Tsé, que dice así:
La realidad del edificio no consiste en las cuatro paredes y el techo sino en el espacio en el que se habita.
Esa frase se ajusta al pensamiento de Wright, que comentaría más adelante a sus alumnos:
La leí varias veces. Estuve uno o dos días desilusionado con mi yo anterior. Me sentía como un velero naufragando. Luego, me sentí bastante bien y resurgí. Empecé a pensar. Pensé, “Espera un momento, Lao Tsé lo dijo, sí, pero además, yo lo construí.
La filosofía orgánica de Wright sobre la arquitectura tiene mucha similitud con la Taoísta, cuyas enseñanzas están basadas en el análisis de la Naturaleza con el fin de obtener un enfoque general acerca del funcionamiento natural de la existencia y determinar de ese modo el Orden Natural de las cosas. A pesar de sus coincidencias con Lao Tsé, el grado de conocimiento de Wright sobre la filosofía Taoísta es difícil de determinar y debería ser objeto de un estudio en profundidad.
A raíz de su primera y prolongada estancia de seis meses en Japón, en 1905, su interés por el arte oriental irá in crescendo hasta convertirse en un gran coleccionista y marchante de arte. Especial importancia tendrán las obras de arte Ukiyo-e, en especial las de Hiroshige (1797-1809), con su representación de la vida cotidiana de los campesinos y de una arquitectura perfectamente integrada en entornos naturales idílicos. Quizás podamos intuir en esta visión bucólica de la vida rural el germen de su ideal de “Ciudad Viviente”.
El calado de estas obras de arte se aprecia incluso en el grafismo de Wright, que reproducirá en alguna de sus perspectivas las proporciones verticales de estas láminas, o incluso en su firma, imitando los “Hanko” japoneses. Estos típicos sellos de forma geométrica, que encuadran el nombre del autor escrito en kanji, son el origen de una moda extendida entre muchos artistas europeos que firmarán sus obras con monogramas enmarcados en un cuadrado.
En el caso de Wright, el cuadrado rojo se transformará en su firma tanto para sus dibujos como para sus edificios, en los que de forma sutil plasmará su seña de identidad a través de despieces de ventanas, lámparas, texturas decorativas… o bien directamente con un cuadrado rojo en pleno muro de mampostería.
La horizontalidad de los complejos arquitectónicos japoneses en las estampas Ukiyo-e, junto a su relación con la naturaleza, pueden ser el origen de inspiración para muchas de las Prairie Houses de Wright. La semejante ocupación del territorio de la Casa Martin (1904-1906) con la típica villa Shinden-Zukuri es clara. Este tipo de vivienda del periodo Heian (794-1185) se caracteriza por la disgregación del complejo residencial en varias estructuras unidas por pasillos cubiertos, ocupando y acotando así el espacio exterior en diversos jardines privados.
La casa Avery Coonley (1908, Riverside, Illinois) es uno de los mayores proyectos residenciales y de jardinería que llegó a realizar en la etapa “Prairie House”. Al igual que en la casa Martin, el programa (residencia principal, módulo de cocina y sirvientes, garaje-establo y vivienda del jardinero) se reparte por el terreno en diversos volúmenes independientes unidos por galerías cubiertas. A excepción del hall y la sala de juegos, que se encuentran en la planta baja, el resto del las estancias se desarrollan en un solo nivel, aunque elevado. De ese modo se mantiene la horizontalidad del conjunto, generando una comunicación entre jardines a través de pasos cubiertos bajo galerías.
Al igual que en la villa Shinden, los jardines se delimitan por la planta en U de la edificación y los muros bajos estucados del perímetro. Los paseos exteriores conectan diversas zonas ajardinadas con elementos de agua, e incluso una gran piscina estanque al otro lado de la residencia principal.
La posición de la construcción en el terreno es en este caso estratégica. Si nos fijamos en la planta, el volumen en U se sitúa en perpendicular al eje de acceso y a cierta distancia de cada uno de sus extremos. Esa lejanía permite un recorrido previo al jardín, al que se accede bajo dos galerías enfrentadas. El objeto de la arquitectura no se centra únicamente en sí misma, sino en la percepción del observador favorecida por esa relación entre la construcción y el espacio exterior, entre el volumen ocupado y el vacío.
En muchas pinturas Ukiyo-e podemos observar galerías perimetrales de esbeltos pilares generando espacios cubiertos de transición entre interior y exterior, otra forma más de fusionar el objeto construido con su entorno más inmediato. Se consigue de ese modo un “lugar” en el que disfrutar del exterior desde el interior, reproducido en la casa Avery Coonley en forma de pérgola orientada al estanque principal. Si nos fijamos además en la cerrajería, podemos adivinar una semejanza con las celosías chinas o japonesas, e incluso mayor entre la luminaria exterior y las reproducidas en la siguiente pintura.
Otra semejanza constructiva con la tradición japonesa se reproduce en las paredes de yeso encuadradas por elementos de madera. Esta solución de fachada se repetirá en algún que otro proyecto posterior, como la casa Luis Penfield (1953). En este caso, las particiones cobrarán mayor protagonismo al modular tanto paredes y techos, acompañando incluso el mobiliario incrustado.
El ahora desaparecido Hotel Imperial de Tokyo (1915-23) representa otra muestra del respeto de Wright hacia la cultura japonesa de jardines.
Japón aparece ante mí como lo más romántico y artístico, el país más inspirado en la naturaleza de todo el planeta. Si las estampas japonesas fueran sacadas de mi educación, desconozco que dirección pudo haber tomado.
El Hotel Imperial está diseñado como un sistema de jardines; jardines rehundidos y jardines terrazas (balcones que son jardines, loggias que son jardines y techos que son jardines). Así todo el arreglo se convierte en una composición de jardines, Japón es la tierra-jardín.
F.L.W., Autobiografía.
En cuando a sus estrategias de implantación en el territorio, que hasta ahora reproducían una ordenación en U con galerías perpendiculares al estilo de las villas Shinden, veremos en la obra de Wright una evolución hacia un crecimiento hexagonal con ángulos de 45º tal y como refleja una de las propuestas para la plantación Auldbrass (1938-42), para terminar en su última etapa de plantas en hemiciclo. Aunque con geometrías diferentes, la estrategia es en esencia la misma, extendiéndose el edificio cual organismo vivo dando respuesta a las necesidades de cada terreno.
Si nos adentramos en sus los espacios interiores, descubriremos una relación con el entorno de forma casi pictórica, una naturaleza enmarcada por las ventanas como si de otra obra Ukiyo-e se tratara. Pero esa visual se producirá siempre al abrigo de algún elemento arquitectónico como aleros, pilastras… generando una sensación de cobijo entre luces y sombras.
De los infinitos ejemplos en la obra de Wright destaca la Casa de la Cascada (1936) por su múltiple relación con el exterior. La ubicación de los voladizos sobre la cascada involucra esta casa directamente con su entorno, diluyendo los límites entre edificación y naturaleza con sus terrazas, e incluso una escalera que intenta unir la corriente del agua con la sala de estar. Esa cercanía con la cascada convierte su sonido en otra constante para los habitantes de esta casa. A pesar de que este último punto haya sido argumento de crítica por muchas voces que aseguran que ese sonido constante imposibilita su uso como vivienda, la intención de este proyecto es la de vivir en armonía y de forma apacible con la naturaleza, unida a ella. Esta última premisa se ve abalada por su manera de afrontar las visuales ofrecidas al espacio interior. A pesar de la elevada superficie acristalada, pronunciados voladizos y robustos machones de piedra protegen al observador creando un ambiente de cobijo al estilo de una cueva. La piedra natural utilizada en fachada se introduce en el interior, permitiéndonos palpar y sentarnos en la misma piedra de la cascada.
Como podemos ver, la sensación que experimentarán los habitantes de esta residencia es muy compleja y elaborada, abarcando tres sentidos: la vista, el oído y el tacto.
Esa relación tan estrecha con el exterior se llevará al límite en los proyectos del desierto que, favorecidos por el clima, utilizarían superficies de lona para cubrir las estancias interiores.
Pos cuestiones prácticas, muchas de esas separaciones livianas semejantes a los paneles de papel de arroz de las casas japonesas se han ido sustituyendo con el tiempo por otros materiales. Este es el caso de Taliesin West (1938), su segunda residencia-escuela en el desierto de Sonora (Arizona). En cualquier caso, los paneles traslúcidos que cubren actualmente el taller de dibujo y la sala de estar mantienen esa sensación de frágil separación con el exterior.
Mi moleskin arquitectónico: conceptos de arquitectura japonesa II
Directorio obras de Hiroshige (1797-1809)
Directorio obras Ukiyo-e del artista Katsushika Hokusai (1760-1849)
El jardín social de Timayui, obra del arquitecto colombiano Giancarlo Mazzanti, es un claro ejemplo del valor social que puede desempeñar la arquitectura sin dejar de ser representativa. A pesar de que el arquitecto pretenda convencernos en su artículo del mayor valor de la arquitectura por lo que produce en la sociedad más que por su capacidad representativa y sus cualidades visuales, un argumento por cierto cierto muy loable, está claro que este proyecto tiene un profundo interés como obra arquitectónica en sí misma.
Seguir leyendo El jardín social de Timayui, paisaje urbano sostenible.El corcho es un producto natural que se obtiene de la corteza del alcornoque, un árbol típicamente mediterráneo que se distribuye por la región mediterránea con influencia atlántica del sur de Europa y norte de África. Solo la península ibérica representa el 55% del área total de alcornoques, con 736.000 ha en Portugal y 500.000 ha en España.
Seguir leyendo El corcho, aislante polivalente y sostenible.A la hora de plantear un diseño energéticamente sostenible, debemos tener en cuenta una serie de aspectos basados en el clima genérico de cada emplazamiento. A modo de resumen, se expone a continuación un extracto de “Estrategias bioclimáticas en la Arquitectura” de María López de Asiain Alberich, enumerando los aspectos a tener en cuenta para cada clima.
Seguir leyendo Recomendaciones de diseño en función del clima.La forma de un edificio representa un factor determinante en cuanto a su aprovechamiento climático y relación con el entorno, definiendo dos de sus principales características: la superficie de la envolvente y el volumen.
La superficie de la envolvente representa el límite físico de intercambio de calor entre el interior y el exterior, mientras que el volumen del edificio nos da una idea de su capacidad para almacenar energía. El factor de forma cuantifica esa relación entre forma y volumen a través del cociente entre la superficie de la envolvente del edificio y el volumen que alberga.
Seguir leyendo El factor de forma como estrategia de diseño.La casa Darwin D. Martin es actualmente visitada y reverenciada como uno de los mejores exponentes del periodo “Prairie Houses” de Wright, un complejo residencial que integra seis edificios y múltiples jardines; pero debemos recordar que el estado actual de esta obra maestra se debe a una reciente reconstrucción.
El señor Martin, un adinerado empresario, contrató la construcción de su residencia a Wright después de que éste realizara la de su hermano en Oak Park. Pronto se convertiría en uno de sus mejores clientes, no poniendo límite alguno al presupuesto de ejecución. Algunas referencias cifran este último en 100.000 o 170.000 dólares, e incluso 300.000, unas cantidades igualmente desorbitadas si son comparadas con el de la vivienda de su hermano, de 5.000 dólares, más acorde al coste de la construcción de esa época.
Esta casa de la pradera era sencilla en formas, pero de una cuidada ejecución. Para hacernos una idea, únicamente la construcción de fábrica de ladrillo se prolongó durante dos años, en los cuales 50 hombres trabajaron diez horas al día, seis días a la semana, por un salario de 2 dólares diarios.
El conjunto integraba además un total de 394 diseños de ventanas con vidrios de colores, una riqueza cromática acorde a la ordenación y variedad floral de los jardines circundantes.
Toda esta belleza se mantuvo en pie durante casi tres décadas, hasta la Depresión, periodo en el cual la riqueza amasada por el señor Martin se desvaneció. Tras su muerte en 1935, su esposa fue incapaz de mantener la residencia, lo que derivó en su abandono en 1937. Durante más de una década, la totalidad del complejo estuvo expuesto a los elementos y a los saqueos en los que muchas de las lujosas vidrieras desaparecieron.
El estado de abandono de gran parte de los edificios hacía presagiar su demolición, hasta que en 1954, el arquitecto Sebastian Tauriello y su esposa se interesaron por la vivienda, aunque únicamente pudieron salvar la casa principal del trágico final: en 1962 se procedío a la demolición de la galería, las cocheras, la casa de la hija (la casa Barton), el invernadero y los jardines, dejando paso a la construcción de unos edificios de viviendas.
La casa Martin sobrevivió, pero fue dividida en dos apartamentos, además de la residencia del nuevo propietario. En 1966 fue adquirida por la Universidad Estatal de Nueva York, sirviendo de residencia para su rector.
En 1992 se fundó la “Martin House Restoration Corporation” con la finalidad de recuperar el estado original de la casa Martin. Tras la adquisición, una década después, de la vivienda principal, empezaría un largo proceso de compra de terrenos y demolición de los bloques de viviendas, que culminó con la reconstrucción integral del conjunto residencial desde 2004 hasta 2009.
Las labores en la vivienda principal, única superviviente hasta el momento, abarcaron la sustitución de todas sus cubiertas, la re-impermeabilización de la cimentación, la reposición de las vidrieras y la recuperación de los espacios interiores a su estado original.
La chimenea principal, exenta, estaba decorada en todo su perímetro con un diseño vegetal de Orlando Giannini, con cerca de 15.000 incrustaciones de bronce y vidrio de colores, destacando verdes y dorados. Pocas de estas piezas pudieron ser rescatadas, y se protegen actualmente tras un vidrio.
El 80% del mobiliario original, diseñado enteramente por Wright, pudo ser recuperado por el hijo del señor Martin y devuelto a su situación original en la casa Martin.
El coste de la restauración y reconstrucción integral del complejo ascendió a 50 millones de dólares. La búsqueda de la teja más adecuada resultó ardua y crucial, ya que la cubierta es un elemento que otorga un gran sentido de unidad al conjunto. Tras una búsqueda infructuosa en Estados Unidos, la teja adecuada se encontró en una fábrica francesa de Pontigny.
La siguiente imagen os enlazará directamente con una galería de fotos del conjunto de la cubierta de la Residencia Darwin D. Martin.
Web con galería de fotos del proceso de reconstrucción de la residencia Darwin D. Martin.
La etapa de las ”Prairie Houses”, o “casas en la pradera”, se desarrolla entre 1900 y 1911, años en los que Wright depurará un lenguaje arquitectónico extraño para su época, y que muchos calificarían de “romántico”. Ese término, lejos de ser un elogio, no agradaba a Wright, que lo sustituirá por el de “orgánico”.
Antes de analizar las estrategias propias de las “Prairie Houses”, haré hincapié en tres puntos que justifican su aportación a una visión moderna de la arquitectura.
Seguir leyendo Las “Prairie Houses” y el resurgir del espacio interior.La extensa carrera de Frank Lloyd Wright a lo largo de casi 70 años de oficio nos ha dejado un legado de entorno 200 obras, aunque menos de la mitad construidas. La longevidad del que ya muchos consideran padre de la arquitectura moderna le permitió experimentar con diversos modelos arquitectónicos, muchos de ellos aparentemente contradictorios. Esta gran diversidad creativa comparte por otro lado un hilo conductor que unifica toda su carrera: el concepto de Ciudad Viviente.
Seguir leyendo La Ciudad Viviente, escenario de un ideal.