




Esta casa construida en Ecuador basa su diseño en estrategias pasivas y sistemas constructivos tradicionales con materiales del lugar.
Los muros de tapial tienen 40cm de espesor, triplicando su espesor en los contrafuertes de 80cm. Para evitar el contacto directo con la humedad del suelo, una zapata corrida de mampostería mantendrá el tapial a una altura aproximada de 20cm del pavimento. De forma aleatoria, algunas de sus piedras sobresalen, garantizando de ese modo una mejor unión entre los dos materiales. Una vez ejecutado el tapial, éste se remata igualmente con un durmiente de hormigón que sirve de base de apoyo a la estructura de madera de la cubierta. Esta coronación se prolonga en forma de viga de atado entre muros opuestos, sirviendo a su vez de apoyo a los futuros paneles pivotantes de madera que compartimentan el espacio interior.
En la dirección de los muros, dos grandes cerchas de madera sirven de apoyo y formación de pendiente de la cubierta a dos aguas. El despiece de esa cercha, con montantes cada 70cm, sirve igualmente de marco para el cerramiento de vidrio a hueso.
Sobre un entramado de viguetas de madera, los faldones de la cubierta se ejecutan con una técnica constructiva llamada bahareque que consiste en un entretejido de maderas y cañas sobre tabla de madera, con un recubrimiento de barro, rematado con teja al exterior.