Esta pequeña residencia, una de las últimas de Wright, siempre me ha fascinado por su sencilla belleza, y por ser una de las pocas obras intactas desde su construcción en 1958. Una especie de cápsula del tiempo que desgraciadamente tiene sus días contados.
Los Olfelt se familiarizaron con la obra de Wright en la facultad. Con 3 niños pequeños, la joven pareja no tenía claro que el atareado arquitecto aceptara construir su pequeño oasis familiar, pero un viejo amigo del colegio, entonces alumno de Wright, les facilitó el encargo. Su participación en el diseño fue intensa, logrando incluso que Wright incluyera un sótano en el proyecto, algo inusual en su obra, pero que aprovechó para elevar la planta sobre una falsa colina desde la que dominar los cerca de 4 acres de jardín.

Siguiendo una trama de diamante, el espacio se despliega en dos alas articuladas por el corazón de la casa: la cocina y la chimenea. Como toda obra de Wright que se precie, la cubierta juega un papel protagonista. Su perfil a dos aguas ejerce de nexo entre la casa y el exterior con un dramático descenso hasta casi tocar el suelo en forma de porche de acceso. Los muros de ladrillo se alternan con huecos verticales hasta el techo, sin dintel alguno, lo que enfatiza la continuidad visual de la cubierta hacia el interior. En la sala de estar, unos listones de madera perfectamente alineados con los montantes del gran ventanal resaltan el perfil a dos aguas de la cubierta. Los vidrios a hueso permiten la continuidad visual de la cubierta que acaba en forma de alero.
Cuando predominan los ángulos de 60 y 120º, los patrones mentales que asocian la comodidad al ángulo recto la convierten en una casa extraña e incómoda. No debió de ser el caso de los Olfelt, que colaboraron en el diseño del mobiliario, destacando la famosa lámpara que cuelga del comedor. Desde las luminarias triangulares del techo hasta el suelo con su característico color rojo Cherokee, todo se ha mantenido intacto durante más de 60 años, a excepción de la encimera de la cocina. Un milagro para una casa que vio crecer a 4 niños, uno de los cuales por cierto es arquitecto… quien sabe si por la influencia de su hogar de infancia.
En 2016 se puso en venta. La pareja nunca quiso adherirse a ninguna ley de protección del patrimonio histórico, liberando así a sus hijos de la herencia de una obra de arte intocable. Entre el cariño a su hogar y el realismo, el señor Olfelt confiaba en el respeto de los nuevos propietarios, pero entendía que quisieran adaptarla a otras necesidades. Falleció antes de su venta en abril de 2018, sin imaginarse la drástica reforma a la que ya se encuentra sometida.
En principio los compradores son admiradores de Wright, pero aprovechando la carencia de protección histórica en la ciudad de St Louis Park, decidieron remodelarla prescindiendo de la asesoría de la fundación Wright. Ante su negativa a compartir los planos solo se puede especular, aunque el permiso de obras concedido por 2 millones de dólares para una adición de 140 m2 en una casa de 246 m2 promete una reforma profunda. Esta intervención incluye un dormitorio principal con biblioteca, sobre un garaje semienterrado, además de la remodelación del ala completa de dormitorios y el cambio de ubicación de la cocina.
La propuesta original de Wright incluía una posible ampliación hacia la calle. De hecho, si de algo puede presumir la arquitectura orgánica de Wright es por su capacidad de crecer cual organismo sin que se pueda diferenciar la parte añadida de la original. Los nuevos propietarios pretenden seguir la idea inicial de Wright, aunque en otra ubicación debido a obstáculos de índole urbanísticos. Esta intervención, que mantiene en vilo a los defensores de Wright, es inevitable, aunque no podemos realmente echarnos las manos a la cabeza hasta ver el resultado final, así que crucemos los dedos… y a esperar el desenlace.
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Datos de interés
Arquitecto: Frank Lloyd Wright
Año de construcción: 1958 – 60
Estilo arquitectónico: Usonia
Superficie construida: 246 m2.
Programa: residencia familiar para Paul y Helen Olfelt, con 3 dormitorios, dos baños, salón y cocina en una única planta.
226 Parkland Lane, St Louis Park, Minnesota
Referencias