La cobardía tras la peineta.


El pasado 23 de octubre el desafortunado gesto de Gehry eclipsó la noticia de su Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2014. Entre caótica y dispersa, su rueda de prensa de apenas 15 minutos fue más que suficiente para prender la chispa de la polémica.

Su primera respuesta, una peineta y olé… para todos los que se atreven a clasificar su obra como arquitectura espectáculo. Tras un silencio incómodo, otro incauto se atrevería a preguntar sobre el futuro de la arquitectura emblemática… con la siguiente reacción de Gehry:

En el mundo en el que vivimos, el 98% de los edificios que se construyen son pura mierda (con énfasis del traductor), no hay sentido de diseño, respeto por la humanidad, por el juicio, por nada. Son malditos edificios y ya está. De vez en cuando, hay algunas personas que hacen algo especial. Es una pequeña cantidad de personas que lo hacen, pero cuando se hace, todo lo que preguntan es hacer algo relevante socialmente… pero dios santo, déjennos en paz! Nos dedicamos a hacer nuestro trabajo, hay unos pocos que hacen cosas, no pido trabajo, no tengo publicista, no tengo agente, no estoy esperando a que me llamen; simplemente si quieren hacer algo me llaman y yo lo hago. Trabajo con clientes que tienen respeto por el arte de la arquitectura, por tanto no hagan preguntas estúpidas como esa.   

Posteriormente pediría disculpas, achacando su reacción al cansancio acumulado. Disculpas que por mi parte me creo de un gesto impetuoso y contundente que puede tener hasta gracia. Pero en Oviedo? Ciudad en la que se encuentra por recibir  un premio de un país que sigue sufriendo las consecuencias del estallido de una de las mayores burbujas de la construcción? Traduciendo: un país con un voluminoso 98% de “mierda” y con el mayor índice de ocupación de arquitectos por metro cuadrado, pero sin ocupación alguna y por lo tanto cabreados. Vaya metedura de pata señor Gehry… o mejor dicho de dedo. Usted sólo se lo ha buscado, como quien mete el dedo en una jaula de perros hambrientos, sin dedo se ha quedado.

Además, reivindica el caos como muestra de diversidad urbana, ya que ciertas posturas como las de Wright le parecen antidemocráticas. Ahí me toca la fibra sensible…. Con su edad y experiencia y tacha de antidemocrático a uno de los arquitectos que más hablaba de libertad y democracia, que pedía justamente que nadie le imitara sino que se adaptara a su tiempo y circunstancia… pero esa democracia de la que hablaba era la de un ser humano como persona libre en una sociedad libre, no de construir como a uno le venga en gana, sino con sentido y respeto a la humanidad, por el juicio… le suena? Otro asunto es que no le parezca democrático que sus proyectos no tuvieran cabida en ese modelo! Pero la vida no es justa…

Tampoco es justo que los mortales a los que nadie llama ni respeta por su arte sí debamos buscar trabajo. Ideas y ganas de hacer buenos proyectos no nos faltan, pero todos tropezamos con obstáculos como un mal cliente, ajustes de presupuestos, cambios de última hora, normativas imposibles…. y cómo no, nuestras propias meteduras de pata, que no son pocas y de las que no se libra ni el mejor de los maestros! Cada proyecto se convierte en un nuevo reto, una montaña rusa de aprendizaje continuo, experimentación, y sobre todo autocrítica. Ante la falta de argumentos, una peineta es una respuesta cobarde a la que todos nos vemos expuestos.

Personalmente estoy con usted con que gran parte de lo que se construye es basura. De hecho me atrevo a ir más lejos, ni siquiera la considero arquitectura, sino especulación disfrazada de arquitectura.

Tema aparte es decidir quién se salva del montón de mierda, para lo cual no todos nos pondremos de acuerdo. Yo prefiero argumentar, incluso ante la pregunta más estúpida. Es más riguroso, pero requiere más tiempo que una simple peineta.

Multitud de excelentes arquitectos acaparan por ahora toda mi atención, por lo que admito sólo conocer  su obra de pasada, señor Gehry. No me atrevería por lo tanto a pecar de crítico con juicios rápidos y sin fundamento. Si algún día este servidor le dedicara una sección, sería tras un profundo análisis de su obra, sin miedo a elogiarla o a criticarla, y con opción a réplica a todos mis lectores. Eso sí es democracia, y sobre todo valentía. Ya veríamos entonces cuantos de sus proyectos acabarían en ese privilegiado 2%.

 

Un comentario en “La cobardía tras la peineta.”

  1. Habida cuenta que la pregunta se hizo con mala leche (a mí me lo pareció), implicando que lo que hacía Gehry era arquitectura espectáculo, me parece muy lógica su reacción. Con 85 años una persona mayor ya está para pocas tonterías. Aunque sólo fuese por la edad, el periodista debiera haberse pensado un poco su pregunta, en varios órdenes.

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