Con el poco interés que mostraba Wright por la ciudad de su tiempo, resulta extraño asociarle a un proyecto urbano, y menos de apartamentos. En cambio aquí los tenemos, el Waller y el Francisco Terrace Apartments, dos proyectos que realizaría en 1895, con tan solo 28 años, poco después de ser despedido del estudio Adler & Sullivan.
Situados en un barrio humilde de Chicago, lo que queda de estos edificios no representa el mejor sitio para vivir, pero su interés histórico permanece por ser uno de los primeros proyectos de viviendas comunitarias y sociales… las primeras VPO quizás? Orientados a alquileres de bajo coste reduciendo el margen de beneficio al 3%, el señor Waller construyó estos apartamentos para la creciente clase obrera de Chicago de finales del sXIX.
Con un dormitorio, sala de estar, cocina/baño y un comedor, ofrecía un programa sencillo pero más que decente en comparación con las condiciones de vida de la clase obrera, ya que tanto iluminación como ventilación natural estaban garantizados para todos los apartamentos.
Los apartamentos Waller constaban de 5 módulos de dos plantas alineados a la calle, con dos viviendas por planta, mientras que el Francisco Terrace reunía un conjunto de 46 apartamentos repartidos igualmente en dos plantas pero alrededor de un patio privado, ubicados tras los apartamentos Waller, con una calle peatonal de separación.
Un tercer proyecto mucho más ambicioso, el Lexington Terrace, no se llegó a construir. Se asemejaba más al Francisco Terrace, pero duplicando el anillo de viviendas, uno de tres plantas hacia la calle y otro de dos hacia el patio interior, separados por una calle interior.
En general, un proyecto mejorable de un arquitecto joven, pero que apuntaba ya a futuras teorías urbanísticas. La galería que recorre el patio en planta primera recuerda las calles peatonales elevadas que Wright expuso en 1930, en una de sus conferencias en Princeton. La ciudad antigua, que consideraba en decadencia por no estar preparada para la aparición del vehículo, debía ofrecer una solución a la elevada congestión de tráfico y devolver el espacio al peatón.
…las actuales aceras podrían ser agregadas a la calzada como superficie de transporte, y las aceras futuras se levantarían a la altura de la cabeza, sobre el presente nivel de las calles, convirtiéndose gracias a manos capacitadas, en detalles arquitectónicos de atracción en la ciudad. Y estas aceras estarían conectadas entre ellas en los cruces de calles, y por rampas inclinadas con las calles de abajo, en esos mismos puntos… los escaparates tendrían dos pisos. Escaparates arriba, para la acera y abajo, para la calle…
“El futuro de la arquitectura”, Conferencia de Princeton (1930)
Acertada o no, la calle peatonal elevada reapareció en otros proyectos más de 30 años después, sonando a modernidad, como en el Spangen Quarter housing en Rotterdam, de 1920, de Michiel Brinkman, o en el conjunto de viviendas sociales Byker Wall en Newcastle upon Tyne (1968-81, Reino Unido) de Ralph Erskine.
Tras la muerte del señor Waller en 1931, la propiedad se dividió y vendió en 22 parcelas independientes. La Depresión, la segunda guerra mundial y la falta de gestión comunitaria hicieron el resto. Francisco Terrace se degradó al ritmo del barrio, quedando prácticamente desocupado, y finalmente demolido en 1974, no sin antes de rescatar por cierto todas las piezas decorativas de terracota que fueron reutilizadas en otro edificio de apartamentos.
En cuanto al Waller Apartments, el cuarto módulo desapareció en 1968 tras un incendio, y otro fue rehabilitado en 1995, 100 años después de su construcción, eso sí, con otra distribución interior obteniendo dos dúplex de los 4 apartamentos originales.



Fuentes:
“El futuro de la arquitectura”, compendio de escritos y conferencias de F.L.Wright.
“Frank Lloyd Wright, architect”, Robert McCarter.