Tras el artículo del paseo marítimo de Benidorm, os presento las obras de arte de Andrés Amador, ya que todos estos diseños comparten una cualidad de continuidad en el espacio, convirtiendo la playa en un tejido que hace partícipe cada uno de sus elementos en un diseño único.
Un modo de expresión efímero pero bellísimo, con tan solo un rastrillo y muchas horas de trabajo, las que le regalan las madrugadas tras una luna llena… con la marea baja, la misma que en pocas horas se encargará de devolver esta belleza al mar.
